Un pequeño lugar que merece gran reconocimiento. La pasión y entrega con la que Michele hace su gelato no tiene punto de comparación. Y es que es él buscando los productos más frescos, cuidando su elaboración artesanal y siempre con una sonrisa para quien quiera degustar sus gelatos. Una gelateria artesanal que no se puede dejar pasar por más pequeñito que sea el local.
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Varios medios lo han comparado con gelaterias de renombre en Barcelona como Delacrem o Rocambolesc, con tan sólo pocos años de apertura, se ha ganado su sitio junto a los más grandes.
Claro está que la calidad de su gelato es indiscutible. La textura óptima que consigue gracias a métodos tradicionales es perfeccionada con la última tecnología. Desde dónde pides el helado puedes ver el obrador al fondo y a Michele con una sonrisa preparando gelatos nuevos y cuidando hasta le más mínimo detalle.
Ubicado en la calle peatonal Ribes, este spot es perfecto para cuando estás de paseo por el parque de Barcelona Nord o por el Arco de Triunfo. También es un detalle ideal para llevar a casa de amigos o a una comida familiar porque el gelato, sin importar la edad, hace a todos felices.
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Recomendar un sólo sabor es casi imposible, lo mejor es combinar dos sabores dejándote llevar por lo que propone Michele. Nocciola, pistachio, stracciatela o gianduja; en fin, un abanico de oportunidades. Encontrarás gelato de fruta de temporada y el que sí no se puede dejar pasar es el Chocolate Extra Dark que es vegano y la intensidad de su sabor es verdaderamente excitante.
Siempre tiene sabores nuevos y nunca escatima para darte a probar y ayudarte a decidir cuál es el que más quieres en ese momento. Solo que al probar más sabores, te quedarás con antojos para la próxima visita.