Con un ambiente detenido en el tiempo, donde uno entra y recuerda épocas pasadas, los sentidos son aquellos que se activan y abren los recuerdos; y la gastronomía funciona así, cuando comemos un antiguo platillo, inmediatamente volvemos a cuando lo probamos por primera vez. Barcelona ha sido hogar del Restaurante Café de París desde 1972, donde se dice que sirven la mejor carne de España, preparan platillos icónicos que no pasan de moda y te envuelve en un ambiente de antaño tan bello que se te olvida que han pasado los años.
La comida no sólo es alimento, es algo que mediante sus ingredientes, sabores y preparaciones, guarda nuestra historia, cultura y tradiciones; de esta manera, probar platillos tradicionales de distintos países se convierte en una experiencia inigualable para todos los fanáticos de la gastronomía. Sin embargo, no es necesario viajar de nación a nación para poder degustar excelentes platillos, un peculiar ambiente o sentir que te transportas en el tiempo. Es casi imposible que al vivir en España, alguien no haya escuchado sobre el Restaurante Café de París, un elegante espacio donde puedes encontrar una gran variedad decomida deliciosa, desde el entrecôte Café de París, un corte de carne especializado preparado en su forma clásica; los Garbanzos de Luis, uno de los platillos estrella que ha estado presente desde la inauguración del restaurante; hasta la Ostra Guillardau con Ponzu, que mantiene su receta inicial pero con nuevos sabores contemporáneos.
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Aunque este restaurante es bastante conocido hubo una época en dónde se encontraba en un limbo, la pandemia hizo que cerrara sus puertas un tiempo y qué se replanteara sus objetivos. Pero esto no fue obstáculo para el reconocido chef Jordi Cunill, el cuál relanzó el lugar conservando su clásica personalidad y platillos, pero dándole un toque contemporáneo, agregando un bar e invitando a la gente a vivir una nueva experiencia.
Ya sea que prefieras un excelente corte, una más ligera ensalada, un platillo tradicional, o simplemente, una siempre querida copa de vino. Café de París es el clásico que nunca falla para comer bien en Barcelona.
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