A solo hora y media en coche desde Barcelona, se encuentra uno de los pueblos medievales más impactantes y mejor conservados de Cataluña. Se trata de Solsona, un sitio vibrante que conserva una traza medieval y múltiples edificios de enorme valor histórico y arquitectónico. Aunque vale la pena conocer este pueblo en cualquier época del año, el mejor momento para visitarlo son los días previos al Miércoles de Ceniza para el famoso Carnaval de Solsona en el que toman las calles figuras gigantes y un espíritu de júbilo y fiesta –perfecto para ir con niños–.
Los primeros registros de asentamientos en esta región se remontan a la prehistoria, y se sabe que desde entonces esta tierra fue testigo del paso de íberos, romanos, visigodos y sarracenos, antes de que la Edad Media trajera a Solsona un momento de mayor estabilidad y presencia política y comercial. De hecho, construcciones como las antiguas murallas —cuyo Portal del Puente sigue siendo una de las puertas de la ciudad que mejor se han conservado—, el Palacio Llobera y la Catedral de Solsona —un imponente templo-fortaleza de estilo gótico cuya cúpula central y su fuente son emblemas de la ciudad— datan de este periodo.
Te puede interesar: Las 4 regiones vinícolas para turistear y disfrutar como nunca en Cataluña
Otro de los grandes atractivos de Solsona son sus plazas, como la Plaza del Palau a un costado de la catedral, rodeada por otros edificios históricos como el Palacio Episcopal cuya fachada neoclásica data del siglo XVIII. Muy cerca de ahí se encuentra la Plaza Mayor, en la que encontrarás una fuente del siglo XV y un poema grabado en piedra en el que el poeta barcelonés Josep M. de Sagarra captura la esencia serena y pacífica de este pueblo medieval en Cataluña. Continuando el recorrido llegarás a la Plaza Ribera, y después a la Plaza de Sant Juan, una peculiar plaza triangular donde se encuentra la tercera fuente medieval del pueblo. Al pasear por sus calles estrechas flanqueadas por muros de piedra, no te olvides de mirar hacia arriba y buscar las figuras antropomorfas talladas en las vigas de los techos.
Como ya hemos mencionado, aunque Solsona es un pueblo medieval en Cataluña que atrae visitantes a lo largo de todo el año, el evento principal se lleva a cabo en los primeros meses del año. El Carnaval de Solsona se destaca por sus famosos gigantes, los cuales salen a desfilar por las calles entre música y bailes, con un ánimo de júbilo al que se unen tanto locales como extranjeros para recordar una de las fiestas que le dieron identidad a este pueblo. Aunque la tradición de pasear gigantes o cabezudos durante las fiestas es una costumbre popular en todo el norte de España, hoy en día es uno de los emblemas más representativos de Solsona.
Te puede interesar: 7 pueblos cerca de Barcelona para enamorarte (todavía más) de Cataluña
Los primeros registros que existen de estas figuras enormes datan del siglo XVII, pero las figuras que vemos hoy en día son obra del artista Manel Casserres, quien en la década de los 70 buscó recuperar esta tradición, que había sido prohibida tras la Guerra Civil Española. En total, hay cuatro gigantes principales que representan a una familia de nobles, y otros tantos que se van sumando para extender el jolgorio, como el Gigante Loco, el Dragón, el Mocoso y el Conde de la Assaltu. Durante estas fechas, más que disfrazarse, los locales portan coloridas batas de carnaval para compartir el espíritu festivo.
¡Viajen, disfruten y compartan!